Preguntas Frecuentes

Se lo denomina CEA (Condición del Espectro Autista) porque las principales alteraciones se dan en la comunicación e interacción social y, en patrones de comportamiento, intereses y actividades repetitivas y restringidas. Como no todos los niños presentan los mismos síntomas debido a la gran variabilidad, se puede decir que, cada niño tiene características muy diferentes, aunque el diagnóstico sea el mismo.
El Autismo es un trastorno del neurodesarrollo ocasionado por factores biológicos (genéticos) y socio ambientales, no distingue estrato social, religión, poder adquisitivo y nivel cultural. Se manifiesta en periodos tempranos de la niñez, en general, antes del ingreso a la escuela primaria y que en conjunto comparten una alteración en la adquisición de habilidades cognitivas, motoras, del lenguaje, del aprendizaje y de la conducta, que impacta significativamente en el funcionamiento personal, social y académico. Afecta a cerca del 15 % de la población infantil.
El niño en cuestión presenta un desarrollo normal durante el primer año y medio de vida. Es alrededor de esa edad cuando la mayor parte de los padres comienzan a tener sospechas de que algo “anda mal”. Son madres que han tenido un embarazo y un parto normal. No se han presentado mayores dificultades en la alimentación ni en el desarrollo y la adquisición de los hitos motores, así como tampoco ha habido cambios significativos en lo que respecta al desarrollo de la comunicación y de la relación. Durante este periodo podemos observar como hechos significativos la ausencia en señalar, la ausencia de la mirada conjunta o mirar por pocos segundos y en algunos casos una pasividad no bien definida.
Hacia los 18 meses, los padres comentan que el niño pierde cosas que ya había adquirido, como, por ejemplo, el lenguaje (en casos más comprometidos nunca llega a desarrollarse), no responde cuando lo llaman por su nombre, ni cuando se le da órdenes simples, por ejemplo: “vení”, “tomá”, “dame”. Tampoco realizan gestos, como saludar con la mano y, además, reaccionan bruscamente ante estímulos ambientales, como ser la bocina de auto, el motor de una moto, un trueno, etc., así como también a la textura de algunos alimentos o de su propia vestimenta.
El niño, además, deja de interesarse por relacionarse con pares, su juego es solitario, muchas veces colecciona objetos y los alinea. El juego se caracteriza por ser rutinario y repetitivo. No utiliza la mirada, su conducta se modifica, se tira al piso, grita, tira objetos, llora, a veces aparecen autoagresiones y heteroagresiones.
En el autismo, como se describió anteriormente, las pautas de alarma, sospecha y diagnóstico son más tempranas, debidos a que los síntomas comprometen de manera global el desarrollo del niño en sus diferentes ámbitos. Ahora bien, el síndrome de Asperger, se caracteriza por ser una forma de TEA con un nivel intelectual adecuado y de lenguaje formal. Son niños que parecen tímidos, con una prosodia extraña. Les cuesta interactuar con sus pares, se interesan poco por los temas de moda o por los deportes, ya que les cuesta coordinar las diferentes acciones. Insisten en sus temas preferidos, suelen ser muy inflexibles. Suelen hablar muy cerca del otro con poca expresión facial y les cuesta sostener la mirada. Por lo tanto, este diagnóstico aparece en forma tardía, generalmente cuando inicia la escolaridad primaria.
Entre los trastornos asociados más comunes a los TEA encontramos el retardo mental y los trastornos atencionales. La mayoría de los niños necesitan de una estimulación cognoscitiva adecuada e individualizada que estimule las verdaderas capacidades que presentan. El inicio precoz de dicho abordaje favorecerá notablemente el desarrollo cognitivo.
Los niños con TEA pueden mostrar niveles de competencia cognitivos altos en un área, aún más elevados que en niños de desarrollo típico, y en contraposición, niveles muy descendidos en otra habilidad o capacidad. Ejemplificando esta idea, mencionamos que podemos reconocer en un niño capacidades memorísticas altamente conservadas, pero deficiencias significativas para categorizar o abstraerse.
Los niños con TEA, al igual que cualquier niño, cuentan con el derecho a una educación de calidad, sea pública o privada. Como premisa general, se deberá propiciar las condiciones y se brindaran los servicios para el acompañamiento de las trayectorias escolares que los niños con TEA lo requieran, en vistas a brindar herramientas, saberes específicos, configuraciones de apoyo y ajustes razonables, para favorecer la inclusión, en igualdad de condiciones con los demás y sin discriminación.
A medida que el niño transite su trayectoria escolar de nivel se tomaran decisiones conjuntas entre la escuela, los padres y los profesionales para determinar la educación más adecuada.
Las personas con autismo presentan dificultades para establecer relaciones sociales, para comunicarse, para adaptar sus pensamientos y conductas. Nuestra sociedad posee actualmente más conocimiento sobre este diagnóstico y está implementando acciones concretas para facilitar el desarrollo, adaptación y bienestar de las personas con esta condición. Por ello, se están diseñado espacios públicos adaptados, por ejemplos, plazas, los menús de ciertos restaurantes, propuestas audiovisuales, entre otras.
Los esfuerzos actuales se enfocan en la detección temprana, abordaje de las dificultades a través de la estimulación temprana, tratamientos interdisciplinarios (fonoaudiología, psicología, psicopedagogía, terapia ocupacional, musicoterapia, psiquiatría/neurología, etc.), inclusión educativa en escuelas comunes con apoyos específicos (acompañamiento terapéutico, maestras integradoras), escuelas de educación especial específicas, centros de formación integral, centros de día, hogares. Asimismo, se forma profesionales y docentes especializados en la materia. Y se implementan iniciativas comunitarias tendientes a facilitar la inclusión social (actividades deportivas, artísticas, recreativas).
Como regla general se intentará facilitar la vinculación a través del juego y otras actividades que despierten el interés y faciliten el intercambio emocional. Se recomienda un uso del lenguaje verbal que sea simple, corto y concreto. Se utilizan otros recursos comunicativos alternativos (pictogramas, agendas visuales). Se procura brindar entornos estables y seguros, con presencia de estímulos moderados, reducción y anticipación de cambios ambientales. De todos modos, cada persona presenta particularidades que solamente el trato habitual y atento permite conocer y considerar.